Desde lo alto del campanario de Binissalem, se ofrece una vista elevada del pueblo, donde predominan los tejados de teja árabe que se extienden entre calles estrechas, rodeados por el paisaje agrícola del Pla de Mallorca. Esta perspectiva refleja la esencia de Binissalem, un pueblo con profunda tradición vinícola y carácter auténtico mallorquín.