Desde una ubicación privilegiada en Alfabia, esta cámara apunta hacia el tranquilo valle que conduce al pueblo de Orient, rodeado de bosques y caminos serpenteantes. En una de las crestas se eleva el Castell d’Alaró, asomando entre peñascos como un vigía del pasado. El encuadre transmite una sensación de aislamiento y calma, en un entorno donde la montaña guarda siglos de historia y el paisaje invita a la contemplación.